martes, 6 de septiembre de 2011

La vida de las culturas mesoamericanas

La dimensión histórica de la geografía mesoamericana


Para comprender la geografía de Mesoamérica hay que situarla en una dimensión diacrónica, es decir, como una realidad dinámica. Hay que enfatizar que Mesoamérica es una civilización compartida por pueblos de diverso origen étnico y que, a diferencia de otras civilizaciones como el Antiguo Egipto oMesopotamia, los pueblos que compartieron la civilización mesoamericana no constituyeron nunca una unidad política. Las fronteras de Mesoamérica corresponden a los territorios de aquellos pueblos que formaron parte de la esfera de la civilización mesoamericana, que comparte una cultura cuyas características se abordan más abajo. Los confines de Mesoamérica tampoco corresponden con los límites de ningún país moderno. Después de la conquista española, los pueblos mesoamericanos quedaron incorporados al virreinato de la Nueva España, pero este dominio de la corona española incluyó también a otros grupos de culturas diferentes tales como los oasisamericanos, los nómadas de Aridoamérica y los pueblos de la baja América Central.
Mesoamérica ocupa una porción del continente americano entre el océano Pacífico al oeste; y el mar Caribe y el golfo de México al norte y al oriente. Sus límites septentrionales son menos claros, con excepción de aquellos dados por la Península de Yucatán. En su época de mayor avance dentro del continente, hacia el norte, los territorios de la mesoamericanidad incluyeron la sierra Madre Occidental de Durango y Zacatecas, la sierra Gorda, el Tunal Grande y la sierra de Tamaulipas. Esto ocurrió durante elperíodo Clásico. Ese avance hacia el norte fue favorecido por condiciones climatológicas que permitieron la agricultura y la concentración urbana; el contexto climático actuó en conjunto con la creciente importancia de las rutas de intercambio entre Oasisamérica y Mesoamérica que atravesaban las zonas de la Altiplanicie Mexicana señaladas antes. Prolongadas sequías y crisis políticas arrastraron a las sociedades del norte de Mesoamérica y la región fue abandonada y ocupada nuevamente por nómadas aridoamericanos alrededor del siglo VIII d. C.
Por otro lado, el límite sur y oriental de Mesoamérica fue más o menos estable. Sin embargo, algunas manifestaciones de los pueblos de la zona se alejaron de las pautas mesoamericanas durante el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano (ss. IV a. C.-VII a. C.), de modo que durante esta época la región de Centroamérica se alejó de la esfera cultural de la América Media. Al terminar esta etapa, los lazos con las culturas mesoamericanas se restablecieron y fueron reforzados por las migraciones de grupos otomangueanos (chorotegas y mangues) y uto-aztecas (pipiles y nicaraos).

Definición de Mesoamérica


Desde que creció el interés por las culturas indígenas de América Central y México, los especialistas se enfrentaron al cómo debían interpretarse los datos disponibles sobre los pueblos indígenas. Hasta antes de la década de 1940, los arqueólogos no contaban con un concepto unificador para abordar la materia de investigación. Los importantes avances de la arqueología en el centro de México —particularmente en Oaxaca, donde Alfonso Caso encabezaba las excavaciones en Monte Albán— y en el área maya —con el equipo de Ricketson investigando Uaxactún— eran reflejo de tradiciones arqueológicas que encaraban estas dos regiones contiguas como fenómenos separados, aunque existía la idea de que existían elementos comunes entre ambos que requerían una explicación. Alfred Kroeber introdujo en 1939 el concepto de áreas culturales para abordar la presencia de rasgos culturales parecidos en pueblos diversos étnicamente y separados relativamente en la geografía de una misma región.
En la obra Cultural and natural areas of native North America, Kroeber propuso que el norte de América Central y los territorios de los pueblos agrícolas de México constituían un área cultural, pero su propuesta no pareció tener eco en los círculos arqueológicos.
En 1943 Paul Kirchhoff dio a conocer su artículo Mesoamérica, en el que retomaba la unidad de las culturas de la zona maya y el centro de México. En su texto, Kirchhoff delineó un conjunto de elementos cuya presencia era significativa en los pueblos del norte de América Central y el centro y sur de México, mismos que los distinguían de otras culturas americanas. Limitándo el área cultural que es Mesoamérica, Paul Kirchhoff dio a conocer los siguientes límites: El límite norte comienza con el Río Sinaloa, en Sinaloa, bajando hasta la Cuenca Lerma como en forma de U, y va subiendo nuevamente hasta llegar al Río Soto La Marina, en Tamaulipas. El límite sur va desde el Río Ulua en Belice, cruzando por los ríos de Nicaragua hasta la península de Nicoya, en Punta Arenas. Los límites son flexibles, lo que significa que depende sobre el aumento o disminución de recursos por temporadas. Mesoamérica tiene una superficie de 1,000,218 km2. Este conjunto de rasgos culturales incluía el sedentarismo, el uso del bastón plantador/cortador, el cultivo del maíz (la milpa) y su nixtamalización, la práctica del juego de pelota, el sistema de numeración con base vigesimal, el uso del calendario ritual de 260 días, la práctica de varios tipos de sacrificios humanos y el sistema de escritura pictográfico. En posteriores trabajos, Kirchhoff se mostró "decepcionado" del recibimiento poco crítico que tuvo el término Mesoamérica en los círculos arqueológicos y lamentaba que no hubiera tenido lugar un provechoso debate sobre la pertinencia del concepto.
A pesar de este recibimiento de su propuesta, los avances de la Arqueología de los pueblos mesoamericanos han puesto en relieve algunas debilidades de la definición de Mesoamérica presentada originalmente por Kirchhoff. Uno de los primeros señalamientos es su énfasis historicista y culturalista, que pretende definir la civilización mesoamericana como un conjunto de elementos desarticulados que tienden a la identificación de la cultura con el grupo étnico y la comunidad lingüística. En las décadas siguientes se han desarrollado nuevos enfoques para abordar la civilización de los pueblos precolombinos de la América media. Entre otras cosas, esto incluye la revisión de la cronología indígena, el debate sobre el hito inicial de Mesoamérica, lo que debería entenderse como características generales de los pueblos que portaron esta civilización.